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Bistronomie

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Cómo hacer empanadas de elote: Historia, tradición y receta paso a paso

Nacidas del encuentro entre la herencia andina del maíz y la técnica europea de la empanada, combinan suavidad, sabor y tradición.

El maíz fue el primer grano del continente americano. Desde México hasta el Cono Sur, alimentó a pueblos enteros y dio forma a su identidad cultural. Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, las masas de trigo y las técnicas de horneado se mezclaron con este ingrediente sagrado, dando vida a una nueva creación: la empanada de elote.

Aunque sus versiones varían según la región, la esencia es la misma: una masa dorada que encierra un relleno de maíz tierno. En el sur del continente se presenta con una mezcla salada de elote, cebolla, leche y queso derretido. Esta última versión, originaria del campo, se ha convertido en un platillo entrañable y versátil.

El elote: energía, dulzura y tradición

El elote —o maíz tierno— es una joya nutricional. Aporta carbohidratos complejos, fibra y proteínas vegetales, además de vitaminas B1, B5 y ácido fólico, y minerales como hierro, fósforo y magnesio. Su dulzor natural lo hace ideal tanto para preparaciones saladas como dulces.

Empanadas de elote

Ingredientes (para 12 unidades):

12 tapas de empanada (para horno o fritura)

2 tazas de granos de elote fresco o maíz tierno (puede usarse enlatado, bien escurrido)

1 cebolla mediana picada finamente

2 cucharadas de manteca o aceite

1 cucharada de harina

½ taza de leche

½ taza de queso fresco o mozzarella rallada

Sal, pimienta y comino al gusto

1 huevo batido (para pincelar antes del horneado)

Preparación:

Sofríe la cebolla en manteca hasta que quede transparente.

Agrega el elote y cocina unos minutos. Añade la harina y mezcla hasta que se forme una base espesa.

Incorpora la leche poco a poco, sin dejar de remover, hasta lograr una crema suave.

Condimenta con sal, pimienta y comino. Deja enfriar y agrega el queso rallado.

Coloca una cucharada del relleno en cada disco de masa, dobla y sella los bordes con un tenedor o con el clásico repulgue.

Pincela con huevo batido y hornea a 200 °C durante 20 minutos o hasta que estén doradas.

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