Lectura2:00 min
Día de Muertos 2025: Cómo hacer calaveritas de azúcar; historia y receta paso a paso
Más que un dulce típico, las calaveritas de azúcar son el corazón del Día de Muertos. Su historia combina herencia prehispánica y arte conventual, y su receta sigue siendo un ritual de memoria, color y sabor.
En el México prehispánico, las culturas mesoamericanas ya moldeaban figuras de cráneos con amaranto y miel para rendir tributo a Mictlantecuhtli, el señor del inframundo. Con la llegada de los españoles y el establecimiento de los conventos, el azúcar —traída desde Oriente a través de Europa— se convirtió en el nuevo medio para dar forma a la muerte, pero también a la vida.
Fue en los siglos XVII y XVIII cuando los conventos comenzaron a usar moldes de barro para crear figuras de santos, animales y, más tarde, calaveritas. La técnica se consolidó en pueblos como Toluca, Puebla y Guanajuato, donde los artesanos adaptaron el arte del alfeñique (masa de azúcar cocida con limón) a las festividades del 1 y 2 de noviembre.
La calavera que sonríe
Lejos de representar algo macabro, las calaveritas son una burla dulce a la muerte. En los altares, simbolizan la aceptación de la finitud y la alegría de reencontrarse con quienes ya no están. Cada una lleva el nombre del ser querido en la frente —escrito con papel dorado o glaseado—, recordando que la muerte, en México, también se celebra con azúcar y colores.
Las ferias del alfeñique que se celebran en ciudades como Toluca o Guanajuato cada otoño son una fiesta de ingenio: ahí conviven calaveras de chocolate, amaranto, pepita y coco, pero las de azúcar siguen siendo las más tradicionales.
Rinde: 10 calaveritas medianas
Ingredientes:
1 kilo de azúcar refinada
¼ de taza de agua
2 cucharadas de jugo de limón
Moldes de calaveras de barro o plástico
Glasé real de colores (para decorar)
Papel aluminio o charolas
Procedimiento:
- Preparar la mezcla: En un recipiente grande, mezcla el azúcar con el jugo de limón y el agua poco a poco hasta obtener una textura similar a la arena húmeda.
- Moldear: Rellena los moldes presionando bien la mezcla para que quede compacta. Nivela la superficie y deja reposar unos minutos.
- Secar: Voltea los moldes sobre una charola cubierta con papel aluminio y deja secar al aire libre durante 24 horas o más, hasta que estén completamente duras.
- Vaciar (opcional): Si prefieres calaveritas huecas, retira un poco del centro con una cuchara antes de que sequen por completo.
- Unir y decorar: Une las dos mitades con glasé real. Una vez seco, decora con líneas de colores, lentejuelas, papel dorado y el nombre del homenajeado.