¿Cómo preparar a los estudiantes del siglo XXI?

Se llevó a cabo en la Ciudad de México el primer HABLA Summit, un espacio de diálogo y aprendizaje dedicado a la educación con voces de especialistas de México y el mundo, como Yuval Noah Harari, Eufrosina Cruz, Andrés Oppenheimer, Andreas Schleicher, Patricia Vázquez, Fernando Reimers, Jesús Silva Herzog, Max Káiser, Valeria Moy, Gabriela de la Riva y Regina Kuri, entre otros.

En entrevista para El Economista, Alejandra Carmona Ortega, codirectora general de Grupo Educación, creador del evento, explica que lo que inspiró este encuentro es generar reflexiones para salirnos de las historias que nos han contado sobre lo que debe y no debe ser la educación. “Es importante tener la capacidad de reinventarnos todos los días debido al mundo tan cambiante”, señala Carmona.

En una mirada panorámica, gracias al estudio HABLA: El estado de la educación en México, 2023 realizado por Grupo Educación, sabemos que son más de 34 millones de alumnos los que componen el Sistema Educativo Nacional (SEN) y que el cierre de escuelas durante 53 semanas consecutivas por la pandemia de covid-19 representó una pérdida de aprendizaje equivalente a 1.8 años en las trayectoria educativa del país.

Este reporte está dividido en siete pilares, pero Carmona Ortega nos habla de los tres principales retos a la vista. Primero, la concepción de la educación como un derecho y no un privilegio. “Por ello se debe garantizar y exigirlo. Además, hay que reducir las grandes brechas que tiene nuestro país, no sólo de acceso, sino en la permanencia, infraestructura e inversión tecnológica”.

El segundo, plantea, es la calidad educativa, donde no sólo hablamos de conocimientos e información, pues hoy sabemos que no hay respuestas absolutas. Entonces ¿qué habilidades necesitamos desarrollar?

“Pensamiento crítico, colaboración, creatividad, autoconocimiento, esto es parte de la calidad educativa para ser flexibles y enfrentar los retos a futuro”, señala la entrevistada.

Y el último aspecto, y tal vez el más importante, tiene que ver con el docente, pues de acuerdo con el reporte de HABLA, es el factor que más influye en el logro de los aprendizajes. “Hay una deuda grande en la capacitación y formación de los docentes. Hoy el presupuesto de cada docente para su formación es de 82 pesos al año, esto no es suficiente para quien es puente entre los programas y las políticas que define la autoridad, los objetivos de cada escuela y las exigencias del mercado”.

Alejandra Carmon asegura que estamos hablando de personas, de los niños, niñas y adolescentes de México, y de quienes invierten su tiempo para construir prosperidad a través de la educación. “La invitación hoy, además de al diálogo, es a tomar una pausa para mirar, escuchar lo que está sucediendo, el contexto y los problemas que hay en el mundo. Hay que aterrizarlo a la realidad mexicana y actuar”.

Momento de reflexión frente a un mar de información

La charla más esperada del HABLA Summit fue la del historiador, filósofo y profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Yuval Noah Harari. Él aseguró que ante un momento de hiperinformación, el trabajo principal de los educadores no es sólo porveer de información, sino generar herramientas para discernir sobre ella, analizarla y resumirla, así crear mentes flexibles capaces de lidiar con el mar de información.

El especialista aconseja en este sentido y de manera general, tomarnos un tiempo para meditar y reflexionar, desconectarnos de grandes cantidades de información de vez en cuando y conectarnos con nuestra realidad interna, además de ser muy selectivos con lo que consumimos, hacer una especie de “dieta” a nuestra medida y estar conscientes de cuáles son las fuentes de información, pues el “alimento” que le damos a nuestra mente es tan importante como la comida que consumimos.

De cara a las nuevas tecnologías, dijo, tendríamos que regresar al nivel biológico del cuerpo, del cerebro, pues hay que recordar que biológicamente tenemos las mismas esperanzas y miedos, pero son las historias que la mente produce las que nos llevan lejos de nuestra realidad inmediata, de nuestros cuerpos, y nos divide causando conductas autodestructivas. Por ello, señaló, “no debemos permitir que la mente se desconecte del cuerpo”, hoy lo vemos, “es la historia creada por la mente de algún ser humano la que ha generado que estemos en guerra, no es la realidad, pero están causando esta destrucción terrible”.

Y fue contundente:

frente a las nuevas amenazas tecnológicas, es esencial reconectarse a nivel humano”.

Agregó que la violencia “tan terrible” entre Israel y Palestina también es resultado de estar atrapados en el pasado, de cuentos del pasado. “Yo espero que la gente encuentre la forma de salir de estas trampas, que aprendamos que las lecciones del pasado tienen que sanar y no ser utilizadas para infligir más daño”, instó.

Por ello, la misión hoy, dijo, es dejar todas esas “fantasías tecnológicas y audiovisuales” a las que somos constantemente sometidos y pensar en las consecuencias que esta revolución nos traerá. “En el pasado aprendimos a manipular y luego entendimos las consecuencias. Entender nuestro ADN y manipularlo sin entender las consecuencias puede ser catastrófico. Deberíamos no apresurarnos hasta que tengamos un entendimiento de nuestros cuerpos y mentes, para ello podemos utilizar medios tradicionales de educación, que incluya arte, terapia, deportes, prácticas espirituales, además del conocimiento”, propuso.

Se focaliza en siete pilares:

• Resolver la brecha de acceso en los primeros años y abandono en educación media superior
• Calidad de la educación y la brecha de aprendizajes esperados
• Importancia de las habilidades socioemocionales
• Docentes como el factor más importante que incide en el aprendizaje
• Infraestructura con piso mínimo, pues 4 de cada 10 escuelas no cuentan con servicios básicos
• Necesidad de un aumento en la inversión educativa
• Romper el paradigma de la educación solamente en el aula

El estudio se puede consultar a través de: qrco.de/habla2023

nelly.toche@eleconomista.mx