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Los Viagras, con los ojos puestos sobre Michoacán

Envueltos en un halo de misterio y escudándose en supuestas causas sociales, el grupo armado mexicano Los Viagras está esperando el menor descuido de las autoridades para apoderarse de antiguos feudos del debilitado cártel Los Caballeros Templarios en el conflictivo estado de Michoacán.
En los recónditos pueblos montañosos de la convulsa región michoacana de Tierra Caliente, L
para tener fuerza y poder", dijo a la AFP Javier Cortés, vicario general de la diócesis de Apatzingán.
Esta ciudad fungió durante años como feudo de Los Caballeros Templarios, que sembraron el terror en los últimos años en todo Michoacán bajo protección de autoridades locales.
Para enfrentarlo, pobladores tomaron las armas a inicios de 2013 y consiguieron un año después que el gobierno federal legalizara una parte de su movimiento miliciano en un cuerpo de seguridad llamado fuerzas rurales.
Una ofensiva del gobierno mexicano en Michoacán logró desmantelar casi toda la cúpula de Los Caballeros Templarios, tras lo cual se anunció el pasado diciembre el próximo fin de las fuerzas rurales, señaladas de estar infiltradas por narcotraficantes que buscaban desplazar al cártel hegemónico.
Los Viagras "están aprovechando sus conexiones con los grupos paramilitares, hay un campo fértil para que sean los próximos dueños de Michoacán", estimó Raúl Benítez Manaut, experto en seguridad de la pública Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Aunque aún no tienen gran capacidad,
entre los que brotaron de las cenizas de los Templarios, y "pueden representar un nuevo desafío para el Estado", apunta Jaime Rivera, investigador de la Universidad Michoacana.
Jornada de fuego en Apatzingán
"El nuevo objetivo (en Michoacán) son Los Viagras", asegura a la AFP un mando de la Policía Federal desplegado en Apatzingán tras el enfrentamiento armado entre civiles y uniformados que dejó nueve muertos el 6 de enero.
Este choque ocurrió cuando l
, quienes habían tomado las instalaciones desde finales de diciembre en protesta por la disolución de sus fuerzas.
Estos exagentes rurales, a quienes se decomisaron varias armas largas, están comandados por Los Viagras, según un informe de inteligencia difundido por el diario Milenio.
Sin embargo,
, insiste en que "no se tiene el más mínimo sustento de que gente de la delincuencia organizada haya sido dada de alta en la fuerza rural".
Tras el choque, el ejército sitió con aparatosos camiones antimotines todas las entradas de Apatzingán, especialmente la que conecta con el vecino Pinzándaro, considerado bastión de Los Viagras.
Cuando se les preguntó a un grupo de exagentes rurales de Apatzingán si conocen a este grupo, se encogieron de hombros y se miraron entre sí.
"Los Viagras son puro mito, no existen", lanzó uno de ellos.
Según el informe de inteligencia, Los Viagras son reales. Fundados por su líder -Nicolás Sierra Santana- y siete hermanos, se trata de un grupo armado dedicado al narcotráfico que opera para el mejor postor. Han realizado sicariato, espionaje y extorsiones para distintos liderazgos criminales, como La Familia Michoacana, los Templarios y últimamente el cártel Jalisco Nueva Generación.