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Aviación, entre quejas y la alegría de VivaAerobus
Foto: Especial
VivaAerobus es una de esas aerolíneas que gusta de la disrupción. Ahora tiene en su flota un equipo con bonito diseño al que llamó: El Queretano, un verdadero promotor turístico (nacional e internacional) de México.
El anuncio se hizo en Querétaro el primero de septiembre, un día después de que se conoció oficialmente la resolución de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) con el nuevo recorte de operaciones en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM): de 52 a 43 por hora. Se sabe que el documento estuvo en manos de integrantes de la industria desde el mediodía del 28 de agosto, quienes lo compartieron con los suyos.
Mucho se ha escrito en las últimas horas acerca del tema. Básicamente por las eventuales cancelaciones de vuelos que ya fueron vendidos para las vacaciones de invierno (directamente o a través de agencias de viaje). Claro, el impacto económico no será menor y por eso hay certeza de que la sensibilidad de las autoridades derive en una implementación gradual.
Durante la administración de la 4T la industria aérea ha registrado cambios con consecuencias no favorables. La necesaria planeación no ha sido fácil y la incertidumbre predomina como lugar común. Pese a todo, existe el gran compromiso del sector privado de privilegiar la seguridad operacional.
No deja de llamar la atención que por momentos se mira una prudente relación aerolíneas-gobierno y horas después vienen las críticas desde el Palacio Nacional. La tensa calma es tan larga o tan corta como se decida en ese recinto.
¿Recuerda el gusto con que el Presidente de México anunció hace dos semanas que ya había aerolíneas interesadas en volar al aeropuerto de Tulum? Aeroméxico y VivaAerobus inmediatamente fortalecieron el dicho con el anuncio de rutas hacia y desde esa nueva infraestructura. Volaris guardó silencio, aunque es un hecho que estarán ahí.
Todo se veía medio bien, hasta que apareció la resolución de AFAC con el recorte referido. Reactivamente se difundieron comunicados para mostrar rechazo por los efectos negativos de la decisión unilateral. La verdad, sea dicha, ya se esperaba el anuncio hace varias semanas. No hubo propuestas. Se esperó y se dejó la proactividad en un cajón.
Otra realidad es que la industria aérea en México no tiene tantos objetivos comunes. El modelo low cost ha dejado de ser el chico timorato al que se mira de reojo y actualmente es un jugador maduro que se ha ganado su lugar. Se recuerda que, por ahora, VivaAerobus y Volaris no forman parte de la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), órgano de consulta del gobierno federal donde participa Aeroméxico.
A la par de todo esto, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) debe poner pronto a la venta los boletos para los primeros vuelos de la nueva Mexicana de Aviación. Acción que se suma a las turbulencias aéreas porque se presume habrá una competencia desleal apoyada con subsidios cruzados del larguísimo Grupo Aeroportuario, Ferroviario, de Servicios Auxiliares y Conexos Olmeca-Maya-Mexica (GAFSACOMM).
La aviación vive ahora entre quejas y corajes, por eso la noticia sobre el nuevo avión de VivaAerobus que promoverá a Querétaro genera un momento de necesaria alegría.
Sí, años antes despegó el también bonito Quetzalcóatl de Aeroméxico, también gran embajador turístico de nuestro país, pero esta no es una competencia. Los equipos creativos de Volaris seguramente trabajan a todo lo que dan, porque si bien los diseños que han presentado (como los de Barbie, Flash, Los Tigres del Norte o Los cazafantasmas) han sido exitosos, algo falta.